viernes, 29 de julio de 2016

Señor D.

Recuerdo que estuve hablando mucho con varias personas por Grindr, y digo personas por calificarlas de alguna manera, porque había algunos que telita... Y de mucha tela que cortar va la primera historia que os quiero contar, 100℅ real.



Conocí al Señor D. hace unos meses y, lo que parecía que podía haber sido la mejor de las relaciones sentimentales, se convirtió en eso, una de las mejores relaciones sentimentales que tengo actualmente con una persona de mi mismo sexo. Pero, no penséis mal. El Señor D. y yo no somos pareja / novios ni nada por el estilo.

Lo mejor será que comience a relatarlos cómo di con él, aunque, mejor dicho, fue él el que dio conmigo. Esta vez no fue por Grindr (aunque los dos teníamos / tenemos cuenta en la app), fue Wapo la aplicación afortunada de juntarnos. Estuvimos un par de días hablando por whatsapp, porque el paso lógico que siempre hay que dar es hablar un poco por la app y luego por whatsapp, que es mucho más cómodo. 

Total, que el Señor D. era el primer chico con el que daba después de mi separación y yo tenía el hype muy alto. Me propuso quedar para conocernos y, como un niño con zapatos nuevos, me fui hasta su ciudad (que es una anexa a la mía) para ello. 

Recuerdo que cuándo le vi en persona pensé que ganaba mucho más que en las fotos y que encima tenía tema de conversación pero, que a su vez se mostraba siempre un poco distante. Total, que fuimos a su casa, estuvimos hablando horas y horas y, no sé cómo sucedió, que acabamos en la cama.... Si, yo, el gay atípico que no se acuesta con nadie en la primera cita... Mea culpa.

Los días pasaron y, sin darnos cuenta, nos sumergimos en una espiral de sexo y vicio que no nos beneficiaba a ninguno. Yo quería algo más con el Señor D. pero sabía que él no se iba a atar ni a mi ni a nadie.
Un día, en su casa, lo hablamos y decidió (fue él pero yo acepté) que la amistad que podía (y que ya lo hacía) surgir pesaba más que el conocernos para algo más.

He de reconocer que al principio fue raro, muy raro, y que en ciertos momentos no me sentía nada cómodo pero que, poco a poco, la amistad se fue forjando y nos lo pasamos genial así.

El Señor D. podrá tener mil defectos pero, aunque el diga que no, se que su corazón es enorme. Le quiero muchísimo y él sabe que, actualmente, es un pilar fundamental. Nos contamos todo, nos confesamos los ligues, nos pedimos opinión y, sobre todo, es la primera vez que tengo un verdadero amigo mariqui. Sé que aprendo mucho de él y espero que él también lo haga de mí.

Señor D, cómo se que le pasaré el enlace para que lea su historia, le tengo que dar las gracias por aparecer. Gracias por estar siempre ahí y lograr conseguir que yo fuese esa persona realmente soy.

1 comentario:

  1. Ooh que bonito !! Las mejores relaciones empiezan de esa manera siendo amigos al principio de todas las personas que se cruzan en nuestro camino aprendemos algo algunas se quedan otras se van pero de todas sacas algo sea bueno o malo bss

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