domingo, 31 de julio de 2016

El caso del vendedor por Whatsapp

Lo que me acaba de ocurrir es totalmente surrealista, tanto que voy a escribir esta entrada con urgencia para enviarle el enlace a la persona a la que está dedicada. Sí, a veces soy así de hijo de puta, oyes.




Pues bien, todo comenzó allá por marzo, cuándo me apunté a mi gimnasio y, de repente, me comenzó a hablar un tal "Médico" que justo trabajaba en una tienda de al lado de mi gimnasio. Total, que al principio el chaval parecía majo pero, te vas dando cuenta que, con el paso de las conversaciones vacías que ofrecía, no merece la pena. Total, que un día fui con la que era mi compañera de gimnasio al centro comercial en el que se encuentra la tienda del susodicho y justo le encontramos en la puerta repartiendo flyers promocionales del establecimiento. Todo lógico porque el chaval se tiene que buscar la vida, como hacemos todos.

Pues bien, los días pasaban y el "Médico" me escribía sólo para venderme por audio productos de su tienda, que si tenía oferta de masajes, una estupenda crema relajante muscular para después del gimnasio y yo lo flipaba en colores. Veamos, te inscribes en una app de contactos para conocer gente, que para eso es la finalidad de dicha app, no vas vendiendo tus productos a tus futuros ligues, digo yo. Mis amigos y yo nos partíamos el ojete a su costa.

Total, que el día del Orgullo Gay de mi ciudad quedé con una de mis mejores amigas y allí nos encontramos con el "Médico / Comercial por Whatsapp" que estaba en la barra que había habilitado para comprar bebidas y demás derivados. Se lo dije a mi amiga y nos empezamos a descojonar vivos de lo que había ocurrido semanas atrás por Whatsapp.

Pues hoy, 31 de julio de 2016, después de no saber nada del "Médico / Comercial por Whatsapp / Barman" me escribe, lógicamente por Whatsapp, para ver si nos veíamos y yo, que cuándo quiero soy un puto borde de mierda, le indico que tendrá que ser algún día que tenga libre y que coincida que vaya al gimnasio, ya que yo la última información que tenía de él es que trabajaba en el establecimiento anexo a mi gym. Pues me dice que ahora está trabajando en un bar en una ciudad cercana a la mía, tan cercana que justo paso tooodos los días por ella a la que salgo de trabajar y en la que vive el Señor D. y me da el nombre del bar y la dirección. Y es cómo: "Ajam". Le indico que yo lo único que sé de Torrejón es ir de la Renfe a casa de un amigo y viceversa. No va y me suelta "Busca en Google" y a mi, que a simpático no me gana nadie, le digo "Lo pondré si yo quiero"... Total, que le dije que iré al bar si el universo decide que vaya y que le daba la bienvenida al blog xD

A ver, señor (por llamarte de alguna manera) "Médico / Comercial por Whatsapp / Barman", mis lectores opinarán lo mismo que yo, que a usted se le va la pinza de manera desmesurada y que debería saber a quién puede "ofrecerle sus servicios" y a quién no. Por mi parte, le estaré encantado de facilitarle el enlace a mi blog para que vea la clase de persona que retrata usted mismo. Sin ánimo de ofender. Y como habrá podido comprobar, he respetado el marco legal y no he dado ni su nombre completo (del cuál dispongo), ni el nombre de la tienda en la que usted trabajaba, ni el bar, ni su número de teléfono o perfil de Facebook... Así que, quédese usted tranquilo.

¡Hasta más ver!

3 comentarios:

  1. Jajajaajajajaa Lol madre mía lo que no te pase a ti de verdad que subrealista todo Muaks amigo

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    1. Totalmente, querida. Una historia para no dormir jajaja

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    2. Totalmente, querida. Una historia para no dormir jajaja

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